miércoles, 10 de febrero de 2010

Los padres gastan más de S/.450 en útiles escolares

Productos tendrán los mismos precios que el año pasado, afirman. El uniforme para colegios estatales puede costar desde S/.15 en Gamarra.

Por Vanessa Cabanillas
En poco menos de cuatro semanas, alrededor de ocho millones de menores de edad en el país acudirán a las aulas. Los escaparates, las vitrinas y los puestos de venta de los centros comerciales, tiendas especializadas y ferias –que desde setiembre se han preparado para la campaña escolar de este año– ya exhiben lo mejor de sus stocks. Sin embargo, son pocos los padres de familia que –a diferencia del verano pasado– merodean por esos lugares en busca del mejor precio.
Es que, según Fernando Cabrera, gerente comercial de Faber Castell, ronda el optimismo entre los peruanos, quienes, debido a la buena situación económica que atraviesa el país, ya no piden lo más barato sino un producto con mayor valor agregado que facilite el aprendizaje de sus hijos. Algunos, señala, están dispuestos a pagar hasta 20% más con tal de tener lo mejor.
Ello explica, en parte, los exorbitantes pagos mensuales que las familias con mayores ingresos económicos están dispuestas a asumir. Así, en un colegio de Monterrico, la pensión puede llegar a S/.2,030, mientras que en distritos ‘pujantes’, como Villa María del Triunfo, ya se puede pagar S/.230 al mes.
GASTO SE CUADRIPLICÓ. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en 1996 el gasto promedio de los padres de familia en el Perú en útiles escolares apenas llegaba a S/.100. Hoy, 14 años después, los padres desembolsan más de S/.450 en las compras del hijo menor que va al jardín o kinder. “En primaria, las compras bordean los S/.350 y, en secundaria, llegan a S/.250”, estima Cabrera.
El gasto es mayor en preescolar debido a las nuevas categorías de productos que las empresas producen para atender la demanda que los centros educativos del nivel inicial exigen cada año para los pequeños estudiantes. “Ahora les piden tijeras zig zag, cerámica en frío, crayones tajables y fáciles de borrar, acuarelas lavables, plumones indelebles, entre otras innovaciones”, refiere.
A raíz de la alta rotación en la canasta de útiles dirigida a este nivel, un producto puede estar vigente entre cinco y seis años, comenta. En tanto, en los niveles de primaria y secundaria, tanto el gasto como los componentes de la lista de útiles se han estacionado y estandarizado en los últimos años. Este segmento usa menos útiles, pero exige productos de moda y marca.
PRECIOS SE MANTIENEN. En la campaña escolar del año pasado, los precios de los útiles subieron 10%, en promedio, debido al encarecimiento que durante 2008 sufrieron los principales insumos, como el petróleo, el metal y la papelería. Para este año, Faber Castell, que atiende al 65% del mercado peruano, estima que el costo de los productos se mantendrá igual que en 2009 y, en algunos casos, como la plastilina –que ahora se produce en el país–, bajará hasta 20%.
Por otro lado, la intensidad que tomará la campaña por la cercanía del inicio de clases (quedan menos de cuatro semanas) hará que muchos de los distribuidores y comercializadores directos de estos productos ofrezcan descuentos especiales para evitar quedarse con stocks, anota Cabrera.
Este año, en general, la industria de útiles escolares en el país prevé lograr ventas por US$45 millones, monto superior en 3% a 4% que lo comercializado el año pasado. De ese total, S/.70 millones corresponderán a las ventas de Faber Castell, que espera superar en 5% lo colocado en 2009.
Cabrera comenta que la pre- venta realizada en octubre para las distribuidoras fue auspiciosa pues lograron colocar S/.42 millones en útiles, monto superior en 15% a lo vendido en 2008, año que, por los temores a la crisis, los intermediarios apenas compraron S/.30 millones.
Sin embargo, no todo es positivo para la marca de origen alemán. El año pasado tuvo pérdidas cercanas a los US$500 mil debido a la piratería, revela. La falsificación de las principales marcas del rubro ha llegado a tal punto que no solo es importada de Bolivia y Ecuador, sino que también se produce en el país.
Para los padres de familia es difícil diferenciar los productos adulterados de los originales pues son mezclados por los comercializadores locales, advierte el ejecutivo.

FUENTE: Peru.21

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